Crónica 14 de Agosto. El Pardo

Mañana agradable, soleada y una temperatura ideal, eso hace que me anime y me disponga a partir hacia "El Pardo" con Juanmi. En 20 minutos ya estabamos en el parking de "Somontes", desde allí intentamos acceder por el camino del lateral pegado hasta el pueblo, pero está cortado por obras. En ese caso decidimos ir por carretera avanzando, no antes sin subir a un excelente rincón desconocido para muchos madrileños: "La Quinta del Pardo", una subidita hasta este maravillosos paraje nos sirve de calentamiento, una vez allí pudimos contemplar el perfecto estado de conservación y mantenimiento de este lugar, declarado "Patrimonio de la Humanidad".
Desde allí avanzamos hasta los miradores y descendemos hasta la vega del río penetrando por uno de los entrantes de parking que hay en la zona de merenderos, desde allí continuamos por el camino, pegaditos al río, subimos al "Cristo del Pardo" y descendemos hasta coger de nuevo el camino pegado al río para disfrutar de un camino estrecho con innumerables toboganes hasta llegar al puente de la presa.
Allí tiramos algunas fotos y seguimos el camino hasta llegar a "Mingorubio". Como Juanmi no conocia esta vertiente del Pardo, recorrimos los acuartelamientos de la Guardia Real (cuartel del Príncipe y cuartel del Rey) girando por Palacio y volviendo al monte penetrando por el lateral de la valla. En una de las subidas Juanmi en el esfuerzo de pegar pedalada, patina con su rueda trasera y cae enganchado en la bici, algún que otro rasguño en el brazo y continuamos ascendiendo hasta llegar a la cumbre más alta. Desde allí descendemos con mucho cuidado por una vertiente resquebrajada que nos obliga a "controlar" en la frenada descendiendo por este lateral. Como habiamos variado la etapa inicial, decidimos penetrar otra vez hacia el interior subiendo por un resquebrajado camino entre pinos y encinas que nos hace disfrutar de la maravillosa naturaleza de este monte, subida espectacular por un camino muy técnico que en el último momento, nos echa a tierra, en este caso soy yo el que "besa" el suelo.
Desde allí descendemos por un camino asfaltado hasta llegar de nuevo a carretera, en el camino nos encontramos con un enorme vehículo forestal al que abandonamos para tomar otro camino que nos conducirá al lateral de la carretera del Pardo, en este camino de innumerables subidas y bajadas tenemos otro percance...¡¡¡como no!!! he pinchado otra vez, en esta ocasión han sido las puñeteras bandas anti-pinchazos las que han mordido mi cámara, así que desisto en el intento de colocarlas de nuevo y monto la rueda sin banda.
Por esta zona tan divertida llegamos al aparacamiento cumpliendo una etapa estupenda que nos ha permitido disfrutar de una mañana con un tiempo excepcional y un paisaje maravilloso.
Ah!!! Otro aliciente fué el no ver absolutamente a nadie por Madrid y tomarnos unas cervecitas al final.

Hasta otra.

Karlos